Gines disfrutó de una espléndida procesión del Corpus Christi, fiesta local en el municipio

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Una vez finalizada la Eucaristía de las nueve de la mañana, este jueves tenía lugar la procesión del Corpus Christi, fiesta local en el municipio, una jornada en la que las calles amanecieron con sus mejores galas, cubiertas de romero y flores, y con numerosos altares efímeros para honrar al Cuerpo de Cristo.

Tras no poder celebrarse el pasado año debido a la lluvia, en esta ocasión amaneció una jornada espléndida a la que quisieron sumarse numerosos vecinos y vecinas, quienes pudieron disfrutar de un cortejo en el que, como es tradición, pudo verse una amplia representación de los niños y niñas que han tomado este año su Primera Comunión.

Les seguían representantes de las distintas hermandades locales, así como del resto de realidades parroquiales, además de integrantes de la Corporación Municipal, entre ellos el Alcalde, Romualdo Garrido. Por su parte, el párroco, Alberto Talavera, fue el encargado de portar en todo momento la Custodia bajo palio.

La procesión, que se fue deteniendo en los diferentes altares instalados para la ocasión para honrar a Jesús Sacramentado, discurrió por las calles Conde de Ofalia, Alcalde José Antonio Cabrera, Blas Infante y plaza de Santa Rosalía, donde pudo verse un bello altar presidido por Santa Rosalía e instalado por la Hermandad del Rosario.

Nuestra Señora de los Dolores, por primera vez en el cortejo

Ya en la calle Real, el cortejo se detuvo después en el altar de la Agrupación Parroquial San Ginés, que presentaba el estandarte de la corporación, llegando después a la Casa de la Hermandad Sacramental, donde se encontraba desde la noche anterior la imagen de Nuestra Señora de los Dolores Coronada, que sobre unas andas se incorporó por primera vez a la comitiva justo antes del Santísimo.

Jesús Sacramento se detuvo después en la Casa de la Hermandad del Rocío, donde se había dispuesto el antiguo Simpecado de la corporación rociera sobre la carreta de plata, pasando después junto al altar instalado por el Ayuntamiento y que hacía alusión a la institución de la Eucaristía en la Última Cena.

Pasadas las once de la mañana, la procesión concluía su recorrido con la entrada en la Parroquia de Nuestra Señora de Belén, poniendo así su colofón a uno de los días más especiales del año en la localidad.